Todos los meses y ya casi sin que te acuerdes, Spotify, Apple Music u otro servicio se cobra sus 9,99 dólares de tu tarjeta de crédito. A cambio de esto accedes a un catálogo de millones de canciones de forma online en cualquiera de tus dispositivos. Un modelo de negocio para la música que indudablemente tiene ventajas para el usuario con respecto a la distribución de la música pre Internet, y para muchos también con mayores ventajas que buscar, descargar y catalogar la música de manualmente. Pero este cambio de tendencia ha provocado un fenómeno curioso, no solamente pagamos por la música, sino que pagamos más que en la época de los CDs.
Con Spotify a nada de salir a bolsa, David Fiszel, un inversor de la compañía, envió a finales del año pasado una carta a sus patrocinadores. Una carta para reforzar la confianza en Spotify y compartir el optimismo por el futuro de la empresa. Business Insider ha tenido acceso a ella y aporta algunos datos curiosos:
- La industria musical está alcanzando un punto de inflexión clave en cuanto a rentabilidad.
- El modelo de negocio del streaming es fundamentalmente más atractivo que el modelo anterior.
- El crecimiento es indefinido y el mercado mayor de lo que los inversores tienen en mente.
Se trata de una carta llena de buenas noticias (si sos inversor de Spotify o dueño de un sello discográfico), cosa obvia si tenemos en cuenta que está tratando de incentivar a otros inversores, ¿no?. A pesar de eso, los tres datos no dejan de ser ciertos, el modelo del streaming musical ha demostrado que es el futuro de la distribución de la música, y ahora que se ha posicionado pro delante de la distribución física necesita convencer a aquellos que aún no pagan por una suscripción mensual.
Según datos de Goldman Sachs, la industria musical en streaming lleva varios años aportando más ingresos que la industria musical en formatos físicos. Esto no significa que consiga aún dar beneficios a todos los distribuidores, Spotify por ejemplo a día de hoy sigue gastando más que ingresando. Pero la tendencia es clara, en España por ejemplo el consumo de música en streaming se ha triplicado en los últimos dos años. ¿De dónde sale el título de esta nota? En 1999 el consumidor medio gastaba unos 50 o 60 dólares en comprar unos cinco CDs al año, ahora muchos usuarios pagan (cof, cof, pagamos, cof, cof) 120 dólares/euros al año por “tener” un catálogo de millones de canciones en streaming (y escuchar las mismas 12 canciones siempre).
Hay que tomar todo esto con pinzas, haters! Ya sabemos que muchos usuarios comparten una misma cuenta (sobre todo en nuestro país) o tienen un plan familiar. A pesar de eso, si tomamos la tarifa normal de suscripción a un servicio de streaming, la regla en casi todos los servicios es pagar unos 10 dólares/euros al mes, siendo 120 dólares/euros al año. Y un detalle importante es que antes pagábamos por una música que era nuestra, ahora técnicamente estamos pagando por una música que en el momento que dejemos de pagar desaparece, la estamos alquilando. ¿Por qué pagamos más entonces? Porque el catálogo es mucho mayor, porque tenemos listas, recomendaciones personalizadas, porque podemos ver la música que está escuchando tu crush, conexión con amigos y muchas otras opciones extra además de la propia canción. Estos extras están consiguiendo que al usuario no le importe pagar casi el doble que antes, lo que consigue a cambio es mucho más que unas canciones.
Las ofertas y el afán de Spotify por conseguir usuarios no es en vano, cada cierto tiempo lanzan una nueva promoción con tres meses de Spotify Premium por 0,99 dólares porque es la manera que tienen de captar más usuarios “premium”. No son los únicos, Amazon llega a regalarte hasta 4,50 dólares por traer un nuevo usuario a Amazon Music, es como un Herbalife de la música online. Apple Music es el único que no se la complica, porque ya te tiene agarrado de las %#/#&” desde que compraste tu iPhone, iPad, MacBook o iMac y te registraste en iTunes.
¿Por qué es importante tener más usuarios? Obviamente el motivo directo es conseguir más guita. Pero hay una razón detrás de todo esto, y es que cuantos más usuarios paguen por una suscripción de música en streaming, menos usuarios utilizarán otros métodos de distribución. De este modo llegará un punto en el que el modelo de música en streaming será el modelo por excelencia para distribuir el contenido y las empresas que lo hagan podrán exigir mejores condiciones a las distribuidoras y discográficas.
¿Qué puede hacer a los servicios en streaming sumar más usuarios en los próximos años? Ademas de aplicar promociones a los nuevos usuarios, los especialistas dicen que el auge de los “parlantecitos” inteligentes es un factor importante para agregar nuevos usuarios “premium” a Spotify, Apple Music, Amazon Music o Google Music, ya que la forma predeterminada de reproducir música en estos altavoces es mediante un servicio en streaming.