En Holanda, desde los 4 años, los chicos aprenden educación sexual. Y no hablamos de la “pitina” y la “chochina” del querido Dr. Socolinsky (sí, ¡es viejísima la referencia!). Desde chiquitos, manejan términos como masturbación, homosexualidad, anticoncepción y enfermedades de transmisión sexual.
Mientras que los chicos de cuatro años aprenden de sexualidad y la forma en que vienen los niños al mundo, los estudiantes de ocho se interiorizan sobre autoimagen y estereotipos de género, y los de 11 discuten sobre orientación sexual y opciones anticonceptivas.
Mientras acá seguimos discutiendo con padres, docentes y directores de escuelas que piensan que dar educación sexual a temprana edad hace que los menores comiencen su actividad sexual antes; y con legisladores que prefieren no meterse en el tema, para no generar controversia, los Países Bajos tienen las tasas de embarazo adolescente y contagio de enfermedades venéreas más bajas a nivel mundial.
El acceso temprano a información sobre sexualidad humana permite que la normalización del sexo, a raíz de lo cual los niños no perciben en esto algo desconocido, lo que retrasa la edad del primer encuentro sexual. De acuerdo al testimonio de los profesores de los Países Bajos, quienes son instruidos por orden del Ministerio de Educación sobre educación sexual, los estudiantes no sienten la necesidad de adelantar su iniciación sexual, ya que desde pequeños han coexistido junto a qué y cómo es el sexo.
Por ley, todos los estudiantes de los Países Bajos deben recibir alguna forma de educación sexual. Sin embargo, esto permite variaciones que pueden ser abordadas por los profesores. Pese a que el sistema acepta la flexibilidad en la enseñanza, la diversidad y la asertividad sexual deben estar presentes en las salas de clases desde la enseñanza primaria.
Robert Van Der Gaag, del Centro Regional de Salud Pública de Holland Central, aseguró que la educación sexual apunta también a que los jóvenes puedan y sepan defenderse ante situaciones que atenten contra sus derechos como humanos y reproductivos. De la misma forma, que las niñas aprendan a que sus deseos sexuales son perfectamente naturales y que no deben adoptar un papel de pasividad en una relación sexual, así como los niños son alentados a abrazar sus emociones.
Mientras tanto, en Argentina, cada diez minutos una adolescente se convierte en mamá y el 45% de ellas, no planificó su embarazo, según cifras de UNICEF del año 2017. La maternidad a edades tan tempranas impacta en la educación de las mujeres: el 95 por ciento de las chicas de 14 años que no son madres asiste a un establecimiento educativo, en tanto sólo el 66% de las que sí lo son, permanece en la escuela.
En Misiones, por año nacen 6.500 bebés de madres adolescentes. Ese número representa el 23% de la totalidad de bebés nacidos en nuestra provincia, superando en 8 puntos la media nacional, que es del 15%.
Holanda nos da el ejemplo: hay que empezar a cuidar a nuestros chicos.