Imagínense que un día leen un anuncio en el diario que diga “Buscamos personas que quieran ir a Kentucky Fried Chicken a comer los distintos menúes que ofrecen”. Creo que la primera reacción de cualquiera, debe ser pensar que se trata de una estafa. Pero no, efectivamente, esta búsqueda laboral está abierta en este momento, ya que la compañía Testers Keepers se encuentra buscando un par de “mystery shoppers” para realizar esta ardua tarea, a cambio de cupones para seguir consumiendo en el local, pero ya en carácter de clientes.
Quizás alguno de ustedes ya haya en Netflix visto la serie “Good Girls”, o “Chicas Buenas”, como se titula en Argentina (si no lo hicieron, estén atentos que en la semana vamos a recomendarla en este mismo medio), y fue ahí la primera vez que yo, personalmente, escuché hablar de esto: un personaje en un momento de la historia va a una tienda, compra unos productos, y una vez en la caja le dicen que tiene 30 días para devolverlos si no resultara conforme con alguno de ellos, por lo que se le prende la lamparita y decide hacer uso de ese derecho (¿con qué fin? Miren la serie, ¡no es la intención spoilearlos!).
La traducción al español sería algo así como “comprador misterioso”, y es acá donde subyace la esencia del trabajo: nadie tiene que saber que trabajás de eso. La idea es que al final de una compra o de la prueba de un producto, un mystery shopper evalúe la experiencia mediante una encuesta, y de este modo la empresa pueda analizar los resultados y mejorar en lo que sea necesario, para lograr que el cliente tenga una óptima experiencia, tanto de atención como sensorial.
Entonces, básicamente, como el empleado de la tienda no me conoce, me atiende como si yo fuera un cliente más, y cuando le pido que mi hamburguesa de pollo tenga extra queso, mostaza, solo una rodaja de tomate y que no le ponga pepinos ni mayonesa, que las papas fritas no tengan sal pero sí kétchup, y que la gaseosa sea light y tenga, literalmente, 3 cubitos de hielo, no estoy siendo una persona exageradamente quisquillosa, sino que lo estoy “poniendo a prueba”, resultados que después se van a ver reflejados en mi informe. Pero ojo, sobre la oferta laboral de KFC y antes de que se entusiasmen de más, tengan en cuenta que únicamente para Inglaterra e Irlanda, y se paga en vales de comida para usar en la cadena.
Igual, es necesario resaltar algo: este no es un trabajo nuevo, hace años que se utiliza para medir las experiencias de los clientes, pero no fue hasta el auge de la serie que le mencionamos más arriba que se instaló socialmente como tema de debate. Para que tengan un ejemplo concreto, en 2005, la empresa Microsoft contrató un grupo de mystery shoppers para “adquirir” en España sus productos en distribuidores oficiales, y descubrieron que más del 40% de las tiendas instalaban software pirata en las máquinas.
Aun así, también dejemos en claro que no es el objetivo de las compras anónimas el castigo a los empleados que no atienden bien, sino que, supuestamente, apunta a tratar de corregir eso mediante incentivos y capacitaciones.
Por último, les cuento una experiencia personal: tengo un amigo que fue contratado hace ya un par de años, por una empresa de compras misteriosas para evaluar las experiencias de vuelo de todas las aerolíneas de la misma compañía, con destinos a prácticamente todos los rincones del mundo. Él aduce que es un trabajo agotador (no lo dudo, pero…), arranca un día en Londres, llega a la noche a Singapur, tiene que evaluar cómo fue el viaje en primera clase y cuáles fueron las falencias, pernoctar en el país asiático, al otro día viajar a Tokio en clase turista, tener que dar vueltas por la ciudad durante 20 horas, tomar otro vuelo hacia Sydney, después Ciudad del Cabo, después Roma, y otra vez Londres, donde se toma unos merecidos días de franco.
Definitivamente, el trabajo perfecto existe. ¡Solo se trata de salir a buscarlo!