Sea por el motivo que sea, a veces a algunos nos dan ganas de irnos a otro lugar y empezar de cero. Probablemente todos conozcamos a alguien que de un día para otro nos dijo que se iba a vivir a otro país, y con quienes permanecemos en contacto a través de las redes sociales, viendo lo bien que les está yendo (por lo general), algo que nos suelen ratificar en cada visita que nos hacen cuando vuelven a Argentina de paseo.
Si sos uno de esos a quienes le da vueltas en la cabeza la idea de probar algo nuevo en un lugar distinto, en esta nota te vamos a mostrar algunos países a los cuales resulta, dentro de todo, bastante sencillo emigrar. Y para que no digas que no te ofrecemos variedad, acá tenés una opción por continente.
Belice
Este país centroamericano, ubicado en la península de Yucatán, tiene el inglés como lengua principal, playas de ensueño, un relativamente bajo costo de vida, ruinas mayas y la segunda barrera de arrecife de coral más grande del mundo. Para solicitar la residencia permanente, hay que ingresar al país con una visa de turista, que dura 30 días, y renovarla mes a mes hasta llegar a las 50 semanas consecutivas (prácticamente, 1 año). En ese momento, mediante el pago de 1000 dólares y el inevitable papeleo, ¡bienvenido a Belice!
Svalbard (Noruega)
¿Por qué no decimos Noruega? Porque a raíz de un tratado internacional, este archipiélago tiene una regulación migratoria propia, a pesar de pertenecer a la corona del país nórdico. En estos días en que se siente de nuevo el calor, vemos a mucha gente quejarse del mismo y que ya están esperando que vuelva el frío. ¡Quizás esta opción sea para ustedes! Las islas, situadas en el norte de Noruega (al lado de Groenlandia), tienen en invierno una temperatura promedio de -30°C, y en verano, 5°C, y durante algunos meses del año el sol nunca sale, y durante otros, nunca se esconde. No se pide visa para visitar, trabajar o residir en el archipiélago, pero debido a las complicaciones propias de su geografía, se recomienda tener un arma (hay muchos osos polares), casa (dormir a la intemperie es sinónimo de no levantarse al otro día) y trabajo (el costo de vida es muy elevado). Y si no te ven apto para quedarte, el Gobernador puede denegarte la residencia.
Cabo Verde
Sobre el Océano Pacífico, relativamente cerca de la costa de Senegal, esta pequeña nación compuesta de varias islas, cuyo idioma oficial es el portugués, emerge como un gran destino turístico desde hace unos 10 años. Cadenas de hoteles de lujo se instalan principalmente en las Islas de Sal y Boa Vista, que con grandes extensiones de arena y una calidez humana que no se encuentra en todos lados, va ganando terreno año a año. Como tal, la capacidad para hacer frente a todo este boom no es algo que hayan tenido siempre sino que se está desarrollando, y por ello, hace falta mucha mano de obra calificada. Es muy común la búsqueda de trabajo a través del periódico local, en el que se suelen basar los que aspiran a conseguir un empleo en este país. Eso sí, el sueldo mínimo ronda los US$ 120, lo que permite vivir modestamente en el país, que tiene un moderado costo de vida, pero no te va a hacer millonario, así que si tu principal interés es desconectarte, este es el destino para vos.
Nueva Zelanda
Liderando muchísimos ránkings de calidad de vida, la amplia mayoría de los que deciden irse a vivir allí, se encuentran satisfechos con la decisión. Este país del continente oceánico, en el que podés estar en una playa cálida y detrás tener una montaña con picos nevados, constantemente busca trabajadores calificados para realizar distintas actividades. Si uno tiene claro qué va a hacer y ya empezó a ejecutarlo, el trámite para residir no tiene demasiadas vueltas, pero se torna bastante complicado lo de “ir y ver allá qué onda”, así que si ya tenés ahorros, planes concretos, alguna especialidad y mejor todavía, alguna oferta de trabajo, ¡no dudes!
Filipinas
Para residir en este país asiático, uno de los más poblados del mundo, tenés que tener un trabajo, y la empresa que te contrata se encarga de los trámites. Parece algo obvio, pero hay un plus: hablar español, nuestra lengua nativa, te da muchísima salida laboral. ¿Por qué? Filipinas fue una colonia española en el pasado, y como tal, conserva algunas costumbres propias e incluso nombres, apellidos y palabras (su actual y muy cuestionado presidente se llama Rodrigo Duterte, y la vice, María Leonor Gerona). A fines de los 80, la entonces presidente Corazón Aquino suprimió la oficialidad del idioma español por su desuso, y se dejó de enseñar en las escuelas primarias. Sin embargo, el interés de la sociedad por la lengua es enorme, y dar clases de él, es una gran salida laboral. Y si a eso le sumamos que lo barato de la mano de obra hizo que este país desplace lentamente a la India como el paraíso de los call centers, muchos de los cuales imploran por hispanoparlantes (lo que implica, por supuesto, un ingreso mensual mayor), oportunidades laborales, ¡hay muchísimas!.
Opciones, como verán, existen varias. Pero hay algo que es necesario aclarar: muchos de los que emigran, nos cuentan que eventualmente quieren volver. Al fin y al cabo, con defectos y virtudes, ¡no hay con qué darle a la tierra colorada!