La investigación por el femicidio de Fiorella Itatí Aghem (20) en la localidad de San Vicente sigue a paso firme y en los últimos días se incorporó una prueba clave que señala directamente al acusado Leopoldo Borovski (21), procesado con prisión preventiva.
Se trata de los análisis que se le realizaron al material genético que la joven tenía debajo de las uñas, producto de la acción de defensa. Estas muestras son coincidentes con el ADN de Borovski, como así señalaron fuentes de “El Territorio” con acceso al expediente .
Ésto complicaría aún más la situación del acusado y para la familia de la joven estudiante se trata de una pericia contundente, casi concluyente.
Pero éstos no son los únicos movimientos que presentó la causa. Ya que como informó oportunamente este medio, en audiencia indagatoria el 8 de marzo, Borovski se abstuvo de declarar, pero esta semana presentó un escrito mediante su abogado particular.
En el documento admitió, a grandes rasgos, que la noche en la que desapareció Fiorella se encontró con ella, tal como lo indican varias medidas de pruebas solicitadas por la Justicia interviniente. Aunque, obviamente, se desligó del brutal crimen.
Como consecuencia de lo ya mencionado, se pactó una ampliación indagatoria, que se fijó para este lunes. Allí las autoridades judiciales, más allá de que seguramente se le informen al acusado de los nuevos elementos en su contra, podrán hacerle consultas y pedir detalles sobre sus dichos.
El caso está siendo llevado adelante por el juez Gerardo Casco, titular del Juzgado de Instrucción local número tres, quien procesara por femicidio a Borovski en junio. El delito prevé una pena de prisión perpetua en caso de que sea declarado culpable en un futuro juicio.
Como se detalló entonces, la medida vino acompañada con la prisión preventiva, por lo que dispuso el traslado del joven a la Unidad Penal VII de Puerto Rico, ya que en los primeros tres meses de investigación, el joven había estado alojado en la Comisaría Segunda de San Vicente.
Brutal crimen
Fiorella fue encontrada asesinada el 4 de marzo en un yerbal de la chacra de los padres del acusado, en una zona conocida como “La Ripiera”, a la que se ingresa por el ex kilómetro 1.250 de la ruta nacional 14. Ese mismo día, habían detenido al principal sospechoso en El Soberbio, debido a el mismo había ido a Brasil en el marco de un encuentro de Jeeps.
La madre de la víctima había denunciado su desaparición el viernes 1 de marzo, diciendo que la noche anterior Fiorella salió de su casa para ir a la casa de una compañera de estudios, pero no había vuelto. Ya en ese momento, sospechó de Borovski, quien se hallaba involucrado en otras denuncias, recordando los antecedentes de violencia que había sufrido y denunciado su hija.
Según lo recolectado por los investigadores judiciales y policiales, Fiorella salió desde su casa el jueves 28 de febrero, cerca de las 21, cuando dijo que se iba a la casa de una compañera a llevarle unos apuntes. Caminó unas cuatro cuadras, hasta cerca de la ruta nacional 14, donde lo esperaba Borovski en una de las dos camionetas Ford Ranger, perteneciente a su familia.
Los profesionales de la Secretaria de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial (Saic), mediante un arduo trabajo, pudieron reconstruir luego los chats entre víctima y presunto victimario, donde se estableció que habían pactado el encuentro. El teléfono de Fiorella había sido encontrado entre sus prendas íntimas y estaba muy deteriorado debido al tiempo que estuvo el cuerpo a la intemperie.
Sobre los movimientos posteriores, el relevamiento de las cámaras de seguridad permitió reconstruirlos. Una cámara de la Terminal de Ómnibus local registró a Fiorella junto a la camioneta del acusado cerca de las 1.40 de la madrugada del 1 de marzo. También se incorporaron varias testimoniales, que dieron cuenta que Fiorella y Borovski estuvieron juntos en dos puntos de la ciudad, pizzería y terminal local, entre las 22 y las 3 aproximadamente.
Además, quedó registrado como cruzó la camioneta en dirección a la zona rural donde la hallaron, cerca de las 4 de la madrugada. En momentos posteriores, habría ocurrido el crimen.
Violencia extrema
Según se estableció en la autopsia, el cadáver de Fiorella tenía un lazo de un cable muy ajustado alrededor del cuello y la cabeza y la cara estaban muy hinchadas por el edema producto de la estrangulación. Tenía tres cortes superficiales en el tórax, en la parte inferior del lado izquierdo, que abarcaba sólo la piel. No se observaron otros signos de violencia externa, como escoriaciones o hematomas. La observación de los forenses sobre el estado de la vestimenta de la víctima se descartó la hipótesis de la agresión sexual. De todas formas, se aclaró que por el avanzado estado de descomposición del cadáver fue imposible tomar muestras para confirmar o descartar este punto.
Fuente: Misiones Opina
