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“Argentina del Centro”, o satíricamente en las redes sociales: Chetoslovaquia. Con esas expresiones, miles de usuarios coparon las redes sociales para remarcar lo elocuente que era el mapa post electoral, con esa gran franja amarilla, el color dominante de JxC (Juntos por el Cambio), correspondiente a las provincias en las que Macri se impuso a Fernández.

Curiosamente, con esta nueva división del país, el mapa quedó parecido a una camiseta de Boca Jrs.

Alberto busca seducir al gran corredor productivo que no lo votó

Esa franja, conformada por Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos no solo tienen en común que son las provincias donde en las urnas el oficialismo nacional terminó imponiéndose. El factor en común es que estos territorios conforman un corredor productivo fundamental para el campo y para las economías regionales.

Sabiendo de la desconfianza y el resentimiento que había quedado latente entre los productores rurales tras aquellos años de enfrentamiento con el kirchnerismo (la 125, en 2008, por ejemplo), Fernández se había propuesto como uno de sus grandes objetivos de campaña revertir parte de la antipatía.

“No se puede hacer una lectura totalmente homogénea, pero está claro que en las provincias donde se impuso el macrismo confluyeron algunos factores en común, como el hecho de que el actual Gobierno tomó medidas impositivas en favor del agro y de las economías regionales, más allá de algunas contramarchas; a lo que sumó una política de acuerdos para la apertura de nuevos mercados internacionales, como sucedió con China, que se convirtió en el principal comprador de carne vacuna argentina”, planteó el analista Miguel Ponce, ex subsecretario de Industria, al portal iprofesional.

Ponce señaló que “sin dudas influyó negativamente el recuerdo latente de lo que dejó el kirchnerismo en las principales zonas productivas de esas provincias”.

El consultor Salvador Di Stéfano, con fuerte prédica en toda el área del Gran Rosario, coincide con el diagnóstico: “El resabio de las políticas de Cristina en esa región está latente. El temor a volver a padecer las consecuencias de esas políticas terminó perjudicando al Frente de Todos en las últimas elecciones”. “Macri estuvo lejos de cumplir con todas sus promesas, es cierto, pero el miedo al regreso de medidas anti campo pesó más”, recalca Di Stéfano, quien agrega que en el período que fue de las PASO hasta las elecciones generales, “se registró una devolución masiva de bolsas de semilla de maíz, por el temor a que se incrementen las restricciones al cereal. Además, más productores sacaron seguros para el trigo, de modo de asegurarse un precio sin retenciones”.

Las provincias exportadoras

Curiosamente, con esta nueva división del país, el mapa quedó parecido a una camiseta de Boca Jrs, con el amarillo de JxC en el medio y azul, por el FdT en el norte y en el sur.

No es un dato menor, tratándose de provincias que explican el 40% de las exportaciones totales, principalmente por la contribución de las manufacturas de origen agropecuario.

Hasta tienen una cuenta de Twitter 

El Presidente electo debió apagar varios “incendios” cuando estaba en plena campaña. Uno de ellos lo inició un referente del kirchnerismo, como es el caso del dirigente social Juan Grabois, quien propuso una reforma agraria y la expropiación de 50.000 parcelas de campo.

La polémica del PJ

Luego, se sumó una nueva polémica, cuando el PJ le planteó a Fernández un plan para el sector rural que contemplaba la segmentación de retenciones y la regulación de divisas provenientes de las ventas al exterior de granos, como parte de un plan para los 100 primeros días de Gobierno.

Anteriormente, Felipe Solá, referente del Frente de Todos, había mencionado las palabras más temidas por el agro: “Junta Nacional de Granos”, haciendo referencia así a la posibilidad de reflotar un organismo que décadas atrás impuso un control férreo a la comercialización.

Fernández fue desactivando una a una estas ideas y, en muchos casos, desacreditando a sus portavoces.

Desde la Mesa de Enlace salieron a protestar por la resurrección de “recetas del pasado” que fracasaron, frente a lo cual Fernández no solo se reunió con sus referentes sino que incluso tuvo la “osadía” de enterrar una de las grandes batallas que libró y perdió el kirchnerismo, al afirmar que el conflicto de 2008 por la 125 “ya fue”. Sin embargo, no le alcanzó para imponerse en aquellos territorios donde la prédica de Juntos por el Cambio fue más fuerte.

“No hay manera de cuantificarlo, pero está claro que en muchos casos el triunfo del macrismo no fue consecuencia tanto de la aprobación de su política económica como sí un reflejo del temor que generaba y sigue generando el kirchnerismo en la agroindustria en general”, apunta Ponce, quien agrega que a pesar de que Alberto Fernández se impuso y se consagró Presidente, “igualmente va a tratar de seguir tendiendo puentes, dado que este corredor es fundamental para generar dólares genuinos para una economía que debe enfrentar grandes compromisos por la deuda”.

Según trascendió, uno de los nombres que suenan con fuerza para ocupar Agricultura –que deberá definirse para ver si se mantiene como Ministerio o vuelve a convertirse en Secretaría-, es Gabriel Delgado, quien se desempeñó como secretario de esa cartera durante el último período de Cristina Kirchner.

En este contexto, crecen las versiones de que el próximo gobierno no solo no bajará las retenciones, sino que las incrementará. Sin embargo, el equipo de Fernández tiene bajo estudio planes para promover la industrialización y el agregado de valor a las commodities, al tiempo que estudian herramientas para mejorar el nivel de financiamiento, hoy uno de los puntos críticos por las elevadas tasas.

telam
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