Con una ambiciosa puesta en escena a puro canto, danza, orquesta y efectos visuales, la sala del Teatro Ópera albergó anoche el estreno mundial de “La Caja Mágica”, el espectáculo musical con el que la centenaria casa Disney invita a recorrer el enorme universo de fantasía que la instaló, generación tras generación, como un sello ineludible de la cultura del entretenimiento.
Una simple caja blanca espera al público en medio del escenario para emprender el viaje junto a la protagonista de esta historia, Mara (Luján Blaksley), quien guiada por una misteriosa lucecita, y como una especie de “Alicia en el país de las maravillas”, se adentra al interior mágico y onírico del cubo.
Ya en tamaño en gigante, el artefacto que da nombre a la obra se convierte en un dispositivo de múltiples usos que guarda y despliega las escenografías de cada uno de los capítulos de una narrativa que, aunque no deja de ser un homenaje al repertorio de clásicos de la casa del ratón Mickey, busca poner de relieve su propia trayectoria como creadora de imaginarios populares y sentidos compartidos.
“La Caja Mágica” marca el primer debut de una producción a escala Broadway de los estudios en Latinoamérica, y ocurre nada menos que en el mismo teatro donde, 83 años atrás, el mismísimo Walt Disney dijo presente para la premiere de la entrañable “Dumbo”. Y para estar a la altura de su aniversario y de las circunstancias, no escatima en el armado de todo un aceitado y vistoso mecanismo que incluye un elenco de 26 actores, bailarines y cantantes, marionetas y orquesta a cargo de Gaspar Scabuzzo.
Así, a lo largo de poco más de una hora, con un muy elaborado trabajo de diseño y el impacto agregado de recursos audiovisuales, la obra recupera de una manera innovadora más de 70 canciones del patrimonio de animación de Disney para desandar, de medley en medley, un gigante basado en los sueños para toda la familia que se remonta al cortometraje de 1928 “Barco de vapor Willie”.
Mickey y Minnie, los protagonistas de aquel germinal experimento, fueron como de costumbre los personajes más aplaudidos por la audiencia infantil -y no tanto- del Ópera, y acompañados por Mara y por los infaltables Donald, Daisy, Goofy y Pluto, son quienes dan vida a esta propuesta que se sumerge en los mundos encantados, acuáticos, de aventuras, romance, animales y hasta villanos que conforman la factoría creativa del conglomerado.
Prácticamente de corrido y con mucha energía, “La Caja Mágica” sintetiza paso a paso cada uno de esos compartimientos mediante la unión y superposición de canciones que van desde “Un mundo ideal” y “Un amigo fiel”, de “Aladdín”; “Supercalifragilisticoexpialidoso”, de “Mary Poppins”; “Bajo el mar”, de “La Sirenita”; “Hakuna Matata”, de “El rey león”; y “Libre soy”, el fenómeno de “Frozen” que, a diez años de su lanzamiento, todavía hace cantar a chicos y grandes por igual.
“Moana” y su “Cuán lejos voy”, la sentimental “Recuérdame”, de “Coco”; y el hit de los rankings estadounidenses “No se habla de Bruno”, de “Encanto”; son otros de los éxitos de los últimos años que no quedaron afuera del combinado del show, coronado por una interpretación de “Mi deseo”, de la reciente película del centenario de Disney, “Wish: El poder de los deseos”.
El musical hace su presentación en el circuito porteño de la mano de Felipe Gamba Paredes, vicepresidente del área de Estrategia Internacional de Disney Theatrical Group y productor de “La Caja Mágica”, que eligió especialmente esta ciudad por la conexión que construyó con ella desde sus veintitantos, cuando viajó por segunda vez al país -tras unas vacaciones familiares en su adolescencia- para estudiar de intercambio en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
De la Tisch School of Arts neoyorquina, donde estudiaba Escritura Dramática, pasó a relacionarse con figuras como Rafael Spregelburd y Daniel Veronese y entró de lleno en la “nueva dramaturgia” de los 90 y en el circuito alternativo del Abasto y el San Martín: una experiencia, como él mismo recuerda, fundamental en su carrera profesional.
“Estoy profundamente emocionado, llevo 40 años enamorado de este mundo, quince trabajando en Disney en todo el mundo, pero esta es la primera vez que hacemos un musical original, que no estamos estrenando en Londres o en Nueva York sino en Buenos Aires, y para mí, como latinoamericano, estrenar en Latinoamérica, en español, y en la ciudad que más quiero en el mundo, es muy importante y muy especial”, afirmó Gamba Paredes en declaraciones a Télam durante la previa de la función.
En asociación con Fever y RGB Entertainment, el productor colombiano -que tiene en su haber otras populares producciones teatrales realizadas en Estados Unidos como “La bella y la bestia”, “Aladdín” y “El rey león”- trae “La Caja Mágica” como festejo por los 100 años de la compañía pero también como hito dentro de una ruta que, asegura, tiene más para dar.
Por eso, consideró que “hacia adelante está todo el potencial de seguir siendo grandes narradores, porque el corazón de Disney, desde los inicios de Walt en los años 20 hasta nuestros días, ha sido justamente contar historias que conmuevan, que sean relevantes, que toquen el corazón, y que además se vuelven parte de la cultura popular”.
“Yo creo que vienen muchas historias para contar porque la humanidad también está evolucionando y hay una diversidad que hoy entendemos de una manera distinta, y es una gran oportunidad para contar historias que abracen a un mundo mucho más amplio”, concluyó.