Según explicó el juez Brites, el incidente habría ocurrido alrededor de las 11:30 de la mañana. La versión preliminar brindada por la madre de la joven, quien sería la única testigo presencial, señala que su hija, identificada como Cintia, se habría arrojado al arroyo, y el padre se lanzó detrás de ella. Sin embargo, esta hipótesis se encuentra en proceso de verificación, ya que aún no está claro si el salto ocurrió desde el puente o desde las orillas del cauce.
“El médico policial que intervino en primera instancia no encontró lesiones visibles atribuibles al uso de un arma blanca, aunque esto deberá confirmarse con la autopsia forense que se está realizando en Posadas”, señaló el magistrado. Además, el juez agregó que Cintia presentaba signos de forcejeo, pero no se encontraron marcas claras de ataduras o golpes significativos a simple vista.
El juez confirmó que el caso se desarrolla en un contexto de agresión familiar. La investigación apunta a que el padre de la joven, identificado como Anjilio Eréuterio, habría intentado forzarla a regresar a Andresito contra su voluntad, luego de haber abandonado a su pareja en Wanda. En el vehículo, un Fiat Duna, también viajaban dos adolescentes de 14 y 17 años, hermanas de la víctima, quienes serán citadas a declarar bajo estrictas medidas de protección.
“La intervención de la Secretaría de Asistencia a las Víctimas es clave en este caso, dado que las adolescentes estuvieron presentes durante el trayecto y podrían aportar información relevante”, indicó Brites.
El juez Brites reconoció la dificultad de determinar si se trató de un femicidio, un doble suicidio o una muerte accidental. Además, resaltó que no se encontraron antecedentes de violencia familiar en los registros judiciales, lo que genera más incertidumbre sobre el desenlace fatal.
Por otro lado, el testimonio del novio de Cintia será fundamental para esclarecer los hechos y comprender las razones detrás de la oposición familiar a la relación. Según trascendió, esta negativa podría estar vinculada a cuestiones sociales o económicas, aunque aún no hay datos concluyentes al respecto.
El arroyo, cuyo cauce tiene una profundidad variable, fue suficiente para causar la muerte de ambas víctimas. Según relató la madre, Cintia no sabía nadar, lo que habría contribuido al desenlace fatal. Sin embargo, persisten las dudas sobre las circunstancias exactas del suceso.
“Estamos frente a un abanico de posibilidades y necesitamos de las pericias forenses y las declaraciones testimoniales para esclarecer este hecho tan lamentable”, concluyó el juez.
El caso, que conmocionó a las comunidades de Wanda y Andresito, sigue bajo investigación, mientras las autoridades trabajan para reconstruir los últimos momentos de vida de las víctimas y determinar las responsabilidades correspondientes.
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