Este viernes, la catedral de Notre-Dame de París presentó su restauración al mundo, cinco años después del devastador incendio que casi destruyó uno de los símbolos más emblemáticos de Francia. En un evento encabezado por el presidente Emmanuel Macron, el interior del icónico monumento gótico se mostró completamente renovado, destacando los techos reconstruidos y paredes de piedra caliza brillante, que parecen nuevas tras décadas de acumulación de suciedad.
Macron, acompañado de su esposa Brigitte y el arzobispo de París, Laurent Ulrich, recorrió durante dos horas la obra terminada. Durante su discurso, expresó: “Ustedes transforman el carbón en arte, fue una herida nacional y ustedes fueron la sanación”. Además, agradeció a las 2.000 personas que trabajaron en la restauración, quienes, según sus palabras, “tejieron esperanza para prolongar esta cadena”.
La “obra del siglo”
La restauración de Notre-Dame movilizó a 250 empresas y cientos de expertos, logrando lo que se denominó como la “obra del siglo”. Con un presupuesto de 700 millones de euros obtenidos exclusivamente a través de donaciones, el proyecto reunió a artesanos de distintas disciplinas, desde carpinteros hasta restauradores de arte, quienes trabajaron día y noche para devolverle el esplendor a este monumento histórico.
Las gigantescas puertas frontales fueron testigos del asombro del mandatario francés al observar los resultados. Unos 1.300 invitados asistieron al evento oficial, donde se rindió homenaje a los artesanos que participaron en la reconstrucción de la catedral tras el incendio del 15 de abril de 2019.
Próxima reapertura al público
La catedral reabrirá oficialmente sus puertas el próximo sábado 7 de diciembre. Durante la primera semana, los visitantes podrán recorrer sus renovados espacios hasta las 22 horas, con entrada gratuita y boleto previo. Más adelante, a partir del 16 de diciembre, se retomará la vida litúrgica completa.
El incendio de 2019 había convertido a la catedral en una zona restringida, accesible solo para los equipos de reconstrucción. Ahora, la restauración no solo borró los vestigios de aquel siniestro, sino también siglos de suciedad acumulada, logrando que las paredes de piedra caliza luzcan impecables.
Un símbolo renovado
Antes del incendio, Notre-Dame atraía a millones de turistas y fieles cada año. Ahora, tras más de cinco años de trabajos frenéticos, este monumento histórico no solo recupera su esplendor, sino también su lugar en el corazón de París y de sus visitantes.
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