Inah Canabarro Lucas, una monja brasileña originaria del estado de Rio Grande do Sul, fue oficialmente reconocida como la persona más vieja del mundo tras el fallecimiento de Tomiko Itooka, de Japón, el 29 de diciembre de 2024. El anuncio fue realizado por LongeviQuest, una entidad dedicada al estudio y registro de supercentenarios.
Inah nació en São Francisco de Assis, en Rio Grande do Sul, el 8 de junio de 1908, y hasta la fecha de su nuevo reconocimiento, ya era la persona más vieja de América Latina y de Brasil. El hombre más viejo del mundo, también brasileño, es João Marinho Neto, quien actualmente tiene 112 años.
Según información de LongeviQuest, Inah, aunque afirmó haber nacido el 27 de mayo de 1908, probablemente vino al mundo 11 días después. Su infancia estuvo marcada por dificultades físicas, y muchos dudaban de que sobreviviría a su niñez. Es bisnieta del General David Canabarro, y su padre murió en combate en 1923.

En la actualidad, Inah reside en la casa de la Congregación Hermanas Teresianas del Brasil, en Porto Alegre, donde disfruta de una rutina que considera gratificante. Una de sus pasiones es el fútbol, siendo una ferviente seguidora del Internacional. En sus palabras, eligió este equipo por su carácter popular: “Sea rico o pobre, no importa, es para el pueblo”, comentó.
Cuando se le preguntó sobre el secreto de su longevidad, Inah atribuye su vida larga a Dios. “Él es el secreto de la vida. Él es el secreto de todo”, afirmó la monja.
Inah comenzó su camino religioso a los 16 años, cuando ingresó al internado Santa Teresa de Jesús, en Santana do Livramento. Fue bautizada el 21 de abril de 1926 y, años después, se trasladó a Montevideo, donde fue confirmada en la Iglesia Católica. Además de su vida religiosa, trabajó como profesora y ocupó cargos en la municipalidad de Itaquí. Su trayectoria está marcada por un compromiso con la educación y la espiritualidad.
El reconocimiento de Inah como la persona más vieja del mundo resalta no solo su longevidad, sino también la rica historia de vida y el aporte que la monja ha brindado a la sociedad. LongeviQuest sigue monitoreando y registrando las historias de supercentenarios, celebrando la vida y la resiliencia de personas como Inah, quien se ha convertido en un símbolo de esperanza y fortaleza.