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El 29 de enero de 2025, un accidente aéreo involucró un avión comercial de American Airlines y un helicóptero militar Black Hawk, lo que resultó en la caída de ambas aeronaves al río Potomac, cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan en Washington DC. La colisión dejó un saldo trágico de al menos 18 muertos y continúan las tareas de rescate.

El avión de American Airlines transportaba a 60 pasajeros y cuatro tripulantes, mientras que el helicóptero Black Hawk, de la compañía B del 12.º Batallón de Aviación, llevaba tres soldados del ejército de EE.UU. A bordo. Ambos vuelos se dirigían hacia Washington en la noche del miércoles cuando se produjo la tragedia.

Características del Sikorsky UH-60 Black Hawk

El helicóptero involucrado, fabricado por la empresa Sikorsky Aircraft, es un modelo de transporte táctico clave para las Fuerzas Armadas de EE.UU. Conocido por su versatilidad, el Sikorsky UH-60 Black Hawk tiene una capacidad de hasta 12 soldados y 5.000 kilos de carga. Además, es capaz de alcanzar los 280 km/h y tiene un alcance de unos 590 km. Este modelo, en servicio desde 1978, es utilizado principalmente en misiones de transporte de tropas y suministros en zonas de combate.

El Black Hawk tiene un rotor principal de cuatro palas y, aunque en este vuelo transportaba solo tres personas, puede acomodar hasta una tripulación de cuatro. Además, está armado con misiles y ametralladoras, lo que le permite desempeñar múltiples funciones en misiones militares.

El sistema de tecnología anticolisión en aeronaves

Uno de los aspectos más desconcertantes del accidente es que las aeronaves involucradas estaban equipadas con sistemas modernos de prevención de colisiones. Geoffrey Thomas, consultor de aviación, destacó que el accidente “nunca debería haber ocurrido”, dado que ambos aviones transmitían información sobre su altitud y trayectoria. A pesar de la presencia del Sistema de Alerta de Tráfico y Evasión de Colisión (TCAS), que se encuentra en la mayoría de las aeronaves comerciales y militares, el accidente tuvo lugar debido a la proximidad de los vuelos a una altitud muy baja.

El TCAS, que ayuda a evitar colisiones aéreas, no es eficaz por debajo de los 700 pies, como señaló Doug Rice, piloto retirado de American Airlines. La última altitud registrada del avión de American Airlines antes del impacto fue de unos 200 pies.

Este incidente, que involucra tecnologías avanzadas de comunicación y seguridad, ha dejado una profunda impresión sobre la seguridad aérea, generando cuestionamientos sobre los factores que permitieron que dos aeronaves se aproximaran peligrosamente, a pesar de los sistemas de advertencia existentes.


Con información de Minuto Uno

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