La policía recibió el primer llamado alrededor de las 09:31 a.m. locales, reportándose que un coche había sido conducido contra un grupo de personas y que una persona ya había sido apuñalada. Poco después, se reportó que un guardia de seguridad de la sinagoga también fue atacado.
Equipos armados acudieron al lugar rápidamente, declararon el incidente como mayor y abrieron fuego contra el sospechoso dentro del perímetro del templo. Un video difundido mostró al presunto agresor abatido por la policía, mientras una persona con kipá permanecía tendida en el suelo cerca de las rejas.
Hasta el momento, se confirmaron dos personas fallecidas en el ataque y al menos tres heridos con gravedad, aunque algunas primeras versiones hablaban de cuatro víctimas. Los heridos recibieron atención inmediata por heridas tanto de arma blanca como por el impacto del vehículo.
Ante el temor de que el atacante portara explosivos, se activó un protocolo de seguridad adicional. Un equipo de desactivación de artefactos fue convocado para examinar objetos sospechosos hallados junto al cuerpo del agresor, lo que retrasó la confirmación oficial de su fallecimiento.
El primer ministro británico Keir Starmer calificó lo ocurrido como un acto especialmente horrendo debido a que sucedió en una fecha sagrada para la comunidad judía. Afirmó que reforzaría la protección a sinagogas en todo el país. Autoridades locales también comunicaron que la amenaza inmediata fue controlada.
La agresión ha generado conmoción en el Reino Unido, en un momento de creciente preocupación por incidentes antisemitas a nivel global. La comunidad judía local y organizaciones de seguridad han manifestado alarma, exigiendo una respuesta firme y sostenida.
Con información de El País
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