El siniestro ocurrió durante las oraciones vespertinas, momento en el que muchos alumnos estaban en el salón principal. Algunos sobrevivientes relataron que escucharon crujidos justo antes del colapso vertical. Equipos de emergencia, entre bomberos y rescatistas, trabajan contrarreloj para extraer cuerpos y heridos entre los escombros, mientras aún persisten focos de esperanza en hallar sobrevivientes.
Según las autoridades, 13 personas permanecen desaparecidas hasta el momento. Hay estimaciones de que más cuerpos podrían estar enterrados bajo los restos del edificio. Se señala que los trabajos de remoción alcanzaron aproximadamente el 80 % de los escombros, y que partes del edificio en construcción sobrepasaban la capacidad estructural de los cimientos.
La causa más probable del colapso apunta a una extensión vertical sin permisos adecuados, con columnas y fundaciones incapaces de sostener el peso adicional de las nuevas plantas. Este episodio reaviva el debate sobre la supervisión y normativa de construcciones escolares en el país, particularmente en institutos islámicos o internados que expanden sus estructuras sin controles.
El desastre es ya considerado uno de los más letales de 2025 en Indonesia, y genera conmoción nacional. Las autoridades anunciaron que se iniciará una investigación judicial para determinar responsabilidades y si hubo negligencia de las autoridades locales o de la institución educativa involucrada.
Con información de Noticias Argentinas
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