Según la reconstrucción inicial del caso, Torrico Mendoza llegó al hospital Mariano y Luciano de la Vega llevando al menor sin signos vitales y dijo que lo había encontrado desmayado en su casa. Pero los médicos notaron marcas sospechosas en el cuerpo del niño y advirtieron inconsistencias en la versión del padrastro. La autopsia reveló que la causa de la muerte fue asfixia.
Dentro de la investigación, fuentes judiciales apuntaron que Torrico tenía celos del vínculo que la madre mantenía con el niño y que ya había ejercido violencia previamente. Al verse confrontado con las evidencias, el imputado habría confesado que asfixió al menor con el propósito de “hacerle sufrir” a la madre, lo que lo ubica bajo la figura penal de homicidio agravado por violencia de género.
La fiscalía a cargo del caso, con Federico Soñora al frente, ya imputó al detenido y evalúa la medida de prisión preventiva. Se profundizan las declaraciones de la madre, de la abuela del niño y de vecinos, para consolidar el perfil del hecho. La causa generó gran conmoción y debates sobre la protección institucional de menores en situaciones de violencia doméstica.
Con información de Minuto Uno
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