Designado apenas hace semanas, Lecornu no consiguió generar consenso ni respaldo suficiente entre los partidos del Parlamento. Al presentar su gabinete, la mayoría de los cargos se mantuvieron igual que en el gobierno anterior, algo que despertó críticas de todos los sectores.
Antes de ser formalizada su dimisión, Lecornu había justificado su decisión en la falta de voluntad de los partidos para comprometerse con reformas, y en que las disputas partidarias minaban toda posibilidad de gobernabilidad.
Con esta renuncia, Francia se encuentra ante un escenario de inestabilidad: Macron deberá decidir si convoca nuevas elecciones o designa un nuevo primer ministro que logre articular mayoría.
Con información de DW
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