La conducción del país quedó transitoriamente en manos del senador libertario Bartolomé Esteban Abdala, presidente provisional del Senado, debido a los viajes internacionales del presidente Javier Milei y de la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Milei viajó rumbo a Oslo, Noruega, para participar de la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, referente opositora venezolana. El Presidente decidió asistir personalmente al evento del 10 de diciembre, en una señal política fuerte hacia la agenda democrática de Venezuela y en línea con los posicionamientos internacionales que viene adoptando su gobierno. Lo acompaña su hermana y secretaria general, Karina Milei, en un vuelo especial.
En paralelo, Victoria Villarruel viajó a Madrid para participar de la reunión preparatoria del XII Foro Parlamentario Iberoamericano en el Congreso de los Diputados. Allí reivindicó el reclamo argentino por la soberanía de Malvinas y dejó ver matices respecto de la política exterior del Presidente, quien mantiene un alineamiento más directo con Estados Unidos e Israel.
La simultaneidad de ambos viajes activó el mecanismo previsto por la Ley Nº 20.972, la Ley de Acefalía Presidencial, que establece el orden de reemplazo en caso de ausencia del Presidente y la Vicepresidenta. El artículo 1° define que el Poder Ejecutivo debe ser ejercido de manera transitoria por el presidente provisional del Senado, seguido por el titular de Diputados y, en última instancia, por el presidente de la Corte Suprema.
Abdala ocupa ese rol desde diciembre de 2023 y fue ratificado en febrero de 2024 y 2025. Su designación al frente del Ejecutivo marca un hecho significativo para San Luis, provincia que no tenía una figura en la máxima magistratura desde la semana en que Adolfo Rodríguez Saá asumió la Presidencia en diciembre de 2001. Más atrás en la historia, otro antecedente puntano es el de Juan Esteban Pedernera, quien reemplazó al presidente Derqui en 1861.
El contexto político suma un elemento más: mientras Abdala queda a cargo del Ejecutivo, el Gobierno nacional impulsa un paquete de reformas clave y negocia contrarreloj su tratamiento en el Congreso durante el período de sesiones extraordinarias. El equilibrio parlamentario y la necesidad de acuerdos vuelve más relevante cada movimiento en la cúpula institucional.
