Justina Lo Cane estuvo internada cuatro meses en la Fundación Favaloro. La luz de su vida se apagó en noviembre mientras esperaba un trasplante de corazón que nunca llegó.
Justina, de 12 años padecía una cardiopatía transgénica que le había sido diagnosticada a los 18 meses de vida y a mediados de 2017 apareció primera dentro de la lista de urgencias del Incucai aguardando un órgano.
Justina falleció el 22 de noviembre de 2017, pero la campaña que había iniciado su familia para conseguir dadores no claudicó. Ezequiel y Paola no se quebraron ante la pérdida de su hija y continuaron dando una batalla que no se podía perder.
Récord de donantes
Sus padres le dieron tracción a una campaña para promover la donación de órganos que provocó un récord en el número de inscriptos como voluntarios para donar en todo el país.
Esto recién empieza”.
Ezequiel, el padre de Justina tras el deceso de su hija
“Vamos a seguir con la campaña. No quiero que otro padre pase por el dolor que estoy pasando. No quiero que otra personita se muera porque no llegó su órgano”, dijo Ezequiel, papá de Justina, para anunciar la continuidad de una campaña basada en un mensaje: “donando los órganos, una persona puede salvarle la vida a siete”.
La Ley Justina
La Cámara de Diputados sancionó por unanimidad el proyecto de “ley Justina”, que marca un antes y un después en la donación de órganos en la Argentina. A partir de esta ley (ojo, falta que el Ejecutivo la reglamente) todas las personas son donantes de órganos, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria.
La ley fue sancionada por 202 votos a favor, sin abstenciones. El proyecto, del senador Juan Carlos Marino, había sido aprobado en el Senado por unanimidad el 30 de mayo. En Diputados no necesitó discusión.
La nueva ley regula las actividades vinculadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y células de origen humano en la Argentina. Establece que los establecimientos de salud habilitados para hacer trasplantes cuenten con servicios destinados a la donación, que permitirán detectar, evaluar y tratar al donante.
Hay unas 10.500 personas en la Argentina que esperan por un trasplante. Y sólo donan hasta ahora, 13 personas por cada millón de habitantes. La ley, que modifica la normativa anterior, establece la donación cruzada en el caso de trasplante de riñón (con donante vivo). También explicita que podrá realizarse la ablación de órganos y/o tejidos, a toda persona capaz mayor de 18 años, que no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se realice la extracción de los mismos.