¿Alguna vez habían escuchado hablar de Suazilandia (o Swazilandia)? Primero, hagamos una breve introducción geográfica.
En el extremo sureste de África, se encuentran los más reconocidos países de Sudáfrica y Mozambique, y en el límite sur de los mismos, enclavado, se encuentra el ahora, ex Reino de Suazilandia. Este Estado constituye la última monarquía absoluta del continente africano, y su actual rey, Mswati III, líder desde el año 1986, es muy criticado por su vida de lujos y excesos en un país muy pobre (un ejemplo: se compró un avión privado que costó un 25% del total del presupuesto nacional), en el que se estima que el 39% de la población adulta se encuentras infectada con HIV y más del 70% vive con un promedio de menos de 1 dólar por día.
Mswati III restituyó el parlamento que su padre había disuelto, pero se opone a la democratización del Estado y gobierna por decretos. Era el sexagésimo séptimo hijo (traducción: número 67) del anterior rey, y a los 14 años fue elegido su sucesor. Actualmente tiene 15 esposas (número exiguo al lado de las 125 que tuvo su padre), 23 hijos, y cualquier mujer virgen puede aspirar a casarse con él. Tomen como ejemplo, que en 2005 se presentaron 50.000 mujeres para que el rey haga un “casting” y elija a su próxima esposa. Pero bueno, esta nota se enfoca en la última medida que adoptó este rey, como celebración de los 50 años de independencia británica, y sus 50 años (y qué regalito de cumple se mandó, eh).
Si de forma previa, o bien después de leer estos 3 párrafos, ya conocen de la existencia de este país… olvídenla. O sea, aclaremos, no dejó de existir como tal, con su forma de Gobierno, sus necesidades sociales y la vida de su monarca, sino que este último renombró al país. El Reino de Suazilandia, no existe más. A partir de ahora, para referirse a este Estado, hay que hablar de “El Reino de eSwatini”. Sí, la primera letra con minúsculas (lo que lo convierte en el único país del mundo en tener esta particularidad).
eSwatini significa, en el idioma local, “tierra de Suazis”. Hablando frente a su pueblo, dijo que Suazilandia es el nombre colonial del país (una mezcla de idioma local e inglés), y que volverían a su nombre original. También adujo que la finalidad era evitar confusiones con otros países, aseverando que siempre que van a otro país, “la gente se refiere a ellos como Suiza” (Swaziland y Switzerland en inglés, respectivamente).
Ahora bien, ya “presentado” este país, y teniendo en cuenta sus evidentes falencias, solo nos queda una cosa por preguntar: el cambio de nombre, ¿vendrá de la mano de un cambio en el Estado? Por el bienestar del pueblo suazi, solo nos resta esperar que sí.