El pasado miércoles 31 de octubre, Google confirmó que despidió a un alto ejecutivo, por acoso sexual. La semana pasada, New York Times afirmaba que en los últimos años, Google había cubierto casos de acoso sexual que involucraban a altos funcionarios, incluido Andy Rubin, creador del sistema Android.
Rubin, no obstante, y pese a la gravedad de las acusaciones, habría recibido una indemnización de 90 millones de dólares.
Andy Rubin, creador del sistema operativo Android
Esta situación enojó mucho a los trabajadores de Google, porque la nota destapó una suerte de política de la empresa, consistente en “tapar” los casos de acoso sexual, sacando de la empresa a los victimarios, pero dándoles grandes sumas de dinero en compensación.
El Director Ejecutivo de Google, Sundar Pichai, envió un mensaje a los empleados, negando que los acosadores despedidos –que son 48 en los últimos dos años, siendo 13 de ellos, altos ejecutivos- hayan recibido indemnización alguna.
Sin embargo, el descontento se hizo sentir en todo el mundo: en Nueva York, más de 3.000 personas se juntaron en un parque, llevando carteles que decían “OK Google, really?” (OK Google, ¿en serio?). Escenas similares ocurrieron en otras ciudades en todo el mundo; Singapur, Berlin, Zurich, Londres, Chicago, Seattle e incluso en Buenos Aires, en las que el Google Walkout (salir de Google) se hizo sentir en más de 78 oficinas alrededor del globo.