Este artículo tendría que arrancar con el meme de expectativa y realidad, uno de los más compartidos en el último año. Pero no nos da ni el humor para eso. El 2018 cerró con una inflación de 47,6 por ciento, la más alta desde 1991 y, lejos de las expectativas del gobierno, lo que podemos afirmar es que ningún centennial vivió esto. Macri lo hizo.
La suba de precios de diciembre fue de 2,6 por ciento. La transferencia a precios de la devaluación a lo largo del año y los ajustes tarifarios fueron los factores de mayor influencia. Así fue que llegamos, en el gobierno que prometió pobreza cero, al record inflacionario histórico de hoy: la inflación de 2018 fue la más alta en los últimos 27 años.
Pero esto se sabía. El dato oficial de diciembre confirmó lo que entre los analistas privados, desde octubre del año pasado, era un secreto a voces. Pero el presidente, como conocía el dato y nada se podía hacer (?) se tomó más de 20 días de vacaciones luego de un año muy cansador. En serio fue agotador eh. Fue un periodo durante el cual, a lo largo de varios discursos al igual que desde su asunción, se encargó de “fomentar” la cultura del trabajo para así preparar el terreno para una reforma laboral que, hasta ahora, se está haciendo desear pero que afirman, estará en el primer semestre de 2019 por el Congreso.
La inflación anual fue de 47,6 por ciento. Es el aumento de precios más alto desde 1991, cuando la suba había llegado a un 84% interanual.
Más alentador todavía se pone el Banco Central. La entidad presidida por Guido Sandleris (3º presidente en la era Macri) sacó un comunicado: “Debido a que la política monetaria actúa con rezagos y a las correcciones de precios regulados y acuerdos salariales pendientes, es normal esperar que la inflación mensual se mantenga en estos niveles en los próximos meses”
Pero destacan dos aspectos, que si bien la inflación mensual de diciembre (2,6%) sigue siendo alta, cayó por tercer mes consecutivo desde el pico de septiembre (6,5%), y que la cifra anual “refleja la inestabilidad cambiaria que vivió nuestro país”. “La prioridad es evitar que episodios como los vividos en 2018 se repitan”, destacan.
Aumentos, porque hay que pagar los impuestos con alegría (y los servicios también).
Las principales subas durante el último mes del año ocurrieron en los rubros de Comunicaciones (7,7%), por el aumento en telefonía celular, y Salud (5,2%), por las prepagas.
Diciembre mantuvo la evolución del tipo de cambio que se observa desde octubre, con un dólar más “pegado” al piso de la banda de no intervención determinada por el Banco Central. Esa tendencia ayudó a una menor transferencia a precios de los vaivenes cambiarios que se observaron en meses como agosto y septiembre, en los que la inflación fue 3,9% y 6,5% respectivamente.
Inflación Argentina
Durante el año que pasó, las categorías con más aumento fueron Transporte, con una suba de 66,8%; Comunicación, 55,3%; Otros bienes y servicios, 53,2%; Alimentos y bebidas no alcohólicas, 51,2%; y Salud, 50,2 por ciento.
Si se toman los datos regionales, y como sucede habitualmente, la Patagonia registró el mayor aumento en los precios, con 50,6 por ciento para todo el 2018.
La inflación batió un récord, pero “era lo más fácil de bajar”
En campaña, Macri había anunciado que combatir la suba de precios sería sencillo.
¿Ey Milénicos pueden parar con el panorama desolador?
No. Para 2019, consultoras privadas de distintos enfoques coinciden en que, de no mediar un shock externo similar al del año pasado, la suba generalizada de precios rondará el 30%.
A ver, coincidimos con los lectores seguramente en que el verdadero problema no es la inflación, sino aquellas “cuestiones” que están detrás, que podrán venir de anteriores gobierno o no, pero que nos están advirtiendo que algo está mal. Si vos, nosotros y el emprendedor que tuvo que despedir en 2018, se dio cuenta; ¿Cómo cree que lo tomará un eventual inversor? Porque los siguen esperando eh. Este gobierno está convencido.
El foco sobre la cuestión fiscal con la que el gobierno hace el abordaje del problema se queda corto. Deja de lado otros factores que también inciden en la suba de precios generalizada. El 2018 fue el año con mayor disciplina, tanto fiscal como monetaria, pero la crisis cambiaria (arrancamos el año con el dólar a 19 y lo cerramos a 40), sumado al impacto de los aumentos tarifarios, dolarizados of course, repercutieron en la inflación.
Pero no se preocupen. Todavía no somos Venezuela
Por Diego René Martín y Federico Miravet, de todo; menos periodistas.