El serbio Novak Djokovic agigantó su leyenda con un dominio abrumador en el tenis mundial durante 2023, en el que se adjudicó tres de los cuatro Grand Slams, sumó su séptimo Masters, cerró por octava vez como número uno del mundo y pulverizó otros récords que en el repaso histórico lo erigen como el mejor de todos los tiempos.
En ese contexto, el balcánico de 36 años pero que juega con el vigor de un pibe de 20 conquistó Australia, Roland Garros y el US Open, además de haber arribado a la final en Wimbledon, y terminó el año reinando en soledad, dejando muy claro que el recambio generacional todavía tendrá que esperar un poco más.
Djokovic, dueño del récord absoluto de 24 títulos de Grand Slam, dos más que otras leyendas como el español Rafael Nadal (22) y el suizo Roger Federer (20), demostró ser un experto en el arte de dominar a los rivales desde el aspecto psicológico.
En ese sentido, su veteranía y fortaleza mental le permiten conducir las emociones y durante un año en el que jugó todas las finales de Grand Slam por tercera vez en su carrera (lo había hecho antes en 2015 y 2021) pareció divertirse con sus rivales.
El serbio, ganador en total de 98 títulos en su brillante carrera, dejó claro que es un tenista de otra galaxia y hasta se animó a desafiar a sus tres principales rivales durante este año, el español Carlos Alcaraz, con el que perdió la final de Wimbledon, el italiano Jannick Sinner y el dinamarqués Holger Rune.
“Voy a seguir jugando todo el tiempo que pueda, todo el tiempo que sea capaz de ganarles en un gran escenario. Cuando empiecen a apalearme, ahí consideraré un pequeño descanso o quizá uno permanente del tenis profesional”, lanzó “Nole” tras conquistar el Masters jugado en Turín.
“La verdad es que deseo que sientan ese tipo de presión cuando jueguen contra mí, que sepan que tendrán que jugar su mejor tenis para ganarme”, añadió el serbio, quien se encargó de recordarles a sus rivales que todavía hay Djokovic para rato.
Su siguiente desafío en 2024 será aumentar los títulos de Grand Slam, por lo pronto partirá como gran favorito en Australia a fines de enero, en un torneo que conquistó 10 veces, y también irá por el Oro Olímpico en los Juegos de París, algo que lo desvela.
Además, otro foco que deberá atender es el regreso al circuito del múltiple campeón español Rafael Nadal, quien estará en acción nuevamente luego de casi un año de ausencia por una lesión, en la que seguramente será su última campaña.
Entre las damas, la reina fue la polaca Iga Swiatek, quien a los 22 años cerró nuevamente como número uno del mundo y demostró que si se lo propone dominará el tenis femenino durante mucho tiempo.
La polaca conquistó por tercera vez en su carrera Roland Garros (las anteriores en 2020 y 2022), y soportó los embates de una rival durísima como la bielorrusa Aryna Sabalenka, campeona en Australia y semifinalista en Roland Garros y Wimbledon.
En cuanto a los argentinos, fue un año con presencia en el circuito con cinco títulos, tres de Sabastián Báez, en el Córdoba Open, Kitzbuhel y Winston Salem, otro de Pedro Cachín en Gstaad y el restante de Francisco Cerúndo sobre el césped inglés de Eastbourne, el más significativo por haberlo conseguido en una superficie en la que no se alzaba un trofeo desde hacía 28 años.
Además, se confirmó el progreso de las nuevas camadas para cerrar el año con seis jugadores en el “top-100”, Cerúndolo (21), Báez (28), Tomás Martín Etcheverry (30), Pedro Cachín (70), Federico Coria (88) y Facundo Díaz Acosta (95), con un interesante promedio de edad de 25,3 años.
Como si fuera poco, Argentina tuvo mucha presencia en Challengers, la categoría que le sigue en importancia a los ATP, con la obtención de 21 títulos, siendo el más ganador Mariano Navone con cinco trofeos que conquistó al imponerse dos veces en Santa Fe, también en Poznan, Polonia; en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia; y en Buenos Aires.
Entre las damas no hubo grandes actuaciones, pero sí se recuperó presencia con la rosarina Nadia Podoroska y las ascendentes Lourdes Carlé, Julia Riera y Solana Sierra, aunque el saldo no es positivo y se espera mucho más el año próximo.
A nivel equipo, Argentina tuvo una actuación floja en la Copa Davis, ya que primero se perdió con Finlandia en la fría ciudad de Espoo, lo que impidió una vez más participar de las Finales.
Luego se salvó el descenso a la Zona Americana con una victoria en Buenos Aires sobre Lituania, y no mucho más que eso.
En 2024 seguirá el “Mago” Coria como capitán en la Davis y el primer desafío de Argentina será en febrero en los playoffs para acceder a las Finales, ante Kazajistán, en una serie que se busca sacar de Capital Federal y trasladarla al interior, posiblemente al Jockey Club de Rosario.
Por Christian Frigerio