La halitosis, conocida comúnmente como mal aliento, no es una enfermedad ni una infección, sino un signo que refleja una alteración en el organismo, según explicó la odontóloga Agustina Chialvo durante una entrevista con Canal Doce Misiones. Este problema puede afectar a entre el 25% y el 50% de la población y suele ser más evidente al despertar.
La halitosis tiene múltiples causas que se dividen en orales y extraorales. Dentro de las causas orales, una de las principales es la mala higiene bucal. Una limpieza inadecuada favorece la acumulación de restos de alimentos y placa bacteriana, lo que genera un ambiente propicio para el mal aliento. Las enfermedades de las encías, como la gingivitis o la periodontitis, también pueden ser responsables, especialmente si se observa sangrado durante el cepillado. Hábitos como el consumo de tabaco y alcohol agravan el problema, ya que provocan sequedad bucal, mientras que ciertos alimentos, como la cebolla y el ajo, son conocidos por generar olores fuertes en la cavidad bucal.
En cuanto a las causas extraorales, estas representan solo el 10% de los casos y están vinculadas a factores sistémicos. Algunas condiciones como la diabetes, problemas gastrointestinales o respiratorios pueden contribuir a la halitosis.
La odontóloga destacó la importancia de mantener un protocolo de higiene adecuado en todas las etapas de la vida. Esto incluye cepillarse correctamente después de cada comida, usar hilo dental para eliminar restos entre los dientes, realizar enjuagues bucales para una limpieza más completa y visitar al odontólogo regularmente para controles, idealmente cada seis meses o, como máximo, una vez al año.
Chialvo enfatizó que la halitosis es totalmente tratable y prevenible. Tanto en niños como en adolescentes y adultos, seguir hábitos de higiene adecuados es clave para evitar este problema. El cuidado bucal no solo previene el mal aliento, sino que también contribuye a la salud general del organismo, permitiendo identificar y tratar posibles alteraciones a tiempo.