Se trataba de una sesión “especial” para frenar los tarifazos impuestos por el gobierno nacional. El blanco tenía nombre y apellido: Juan José Aranguren.
Pese a presentar diferentes proyectos, donde solo variaban los índices, la izquierda, el peronismo federal, Massa y los kirchneristas habían prestado los legisladores para llegar al quórum.
El oficialismo especuló hasta último momento. Un ¿despistado? Olmedo llegó a su banca, se sentó y cerca de concretarse el quórum se acercó el cordobés Javier Preto (PRO) a susurrarle algo al oído. Inmediatamente se levantó y las chances de que salga la sesión se fueron al tacho. ¡Caradura! ¡Chorro! ¡Corrupto! fueron algunas cosas que otros legisladores gritaron al salteño.
Los legisladores del Frente Renovador de Misiones se tuvieron que quedar con las ganas, ya que habían ido tempranito a asegurarse que haya la cantidad necesaria para debatir.
Cuando le tocó hablar a Del Caño, señaló a Massot (que espiaba detrás de una cortina en lugar de sentarse en su banca) como “un sujeto que se esconde y no viene a debatir las cosas que le interesan a la gente”.