
Juez robot – Estonia es la excepción que confirma la regla. Generalmente, los gobiernos no son el mejor ejemplo de innovación TIC o de la aplicación de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. Ott Velsberg, director de datos en el gobierno de Estonia, ha revolucionado el país, a sus 28 años, con la introducción de inteligencia artificial y machine learning en un plan que afecta a 1,3 millones de ciudadanos.
Estonia: El País del Mañana, Hoy
La inteligencia artificial va siendo capaz de cumplir tareas cada vez más variadas. En desarrollo tecnológico, uno de los países que pica en punta es Estonia, una pequeña nación que se independizó del comunismo soviético y que ha hecho del Gobierno digital su bandera.

(Ya despedimos al que puso esta foto para ilustrar la nota, no se preocupen Milénicos).
“E-Estonia: una sociedad digital en transformación” es el slogan con que este pequeño país de 1,4 millones de habitantes se presenta al mundo.
Todo el gobierno estonio funciona con sistemas digitales eficientes, lo que implica que la burocracia es mínima y, por ejemplo, las declaraciones de impuestos se completan online en menos de 30 minutos, reduciendo el peso de las exigencias estatales sobre la vida cotidiana. El DNI, por ejemplo, es simplemente una tarjeta digital.
El gobierno estonio contrató a Velsberg el pasado agosto para encabezar un nuevo proyecto de implementación de inteligencia artificial en varios ministerios para simplificar los servicios ofrecidos a la población. Ahora Velsberg tiene la labor de diseñar un algoritmo que resuelva las disputas menores, logrando que estas causas se puedan resolver mucho más rápido.
Juez Robot
“El juez robot será capaz, gracias a su inteligencia artificial, de analizar miles de documentos legales y otra información relevante y tomar una decisión previa”, informaron desde la oficina de Velsberg. Aunque por el momento la decisión no sería totalmente artificial, ya que un juez debería confirmarla, el proceso aceleraría muchísimo los tiempos de resolución, que pasarían a demorar sólo unos días.